Por: Omayra Alhelí Flores Sarabia
Samuel Beckett
Esperando a Godot
México, D.F.
Grupo editorial tomo
2014
175 páginas
Samuel Beckett, Premio Nobel 1969, nace en Dublín
en el año 1906 y muere en París en 1989. Fue un dramaturgo, novelista y poeta, que logró superar la
aplastante influencia de su gran predecesor (y amigo), James Joyce, al cual
admiraba y él mismo reconoce, fue un escalón que le ayudó a saltar a la
escritura:
“Cuando conocí a Joyce por primera vez no era
mi intención ser escritor. Eso solo vino después, cuando me di cuenta que no
servía para enseñar, para ser profesor. Pero recuerdo haber hablado del logro
heroico de Joyce. Le tenía mucha admiración. Eso es lo que logró: fue épico,
heroico. No podía seguir el mismo camino.”
A la izquierda Joyce y a la derecha Samuel Beckett |
En cuanto a su búsqueda literaria, ésta fue
sencilla: hallar una expresión honesta al dilema de existir en un mundo
aparentemente sin sentido.
En 1953 Estrena Esperando a Godot, obra que lo posicionaría en uno de los máximos
representantes del teatro absurdo.
La obra de Esperando a Godot se centra en un lugar aislado,
desconocido, minimalista, en el cual solo existe un árbol y dos hombres: Estragón
y Vladimir. Pareciera que el propósito vital de éstos es esperar a un tal Godot.
Que por cierto, no saben quién o qué es ni para que lo esperan.
Nos encontraremos la
obra dividida en dos actos, en el primero podemos ver a los antes mencionado (Vladimir
y Estragón) al lado del famoso árbol, símbolo auténtico de esta obra; casi como
si fuera otro personaje, ya que los personajes son tan estáticos como él,
además a su lado transcurre toda la historia donde podemos conocer a otros dos
personajes más: Pozzo, un hombre que dice ser dueño de la tierra donde están
parados y a Lucky, su esclavo. También se presenta un niño, el cual dice ser
mensajero de Godot y afirma que el señor Godot no podrá presentarse. En el
segundo acto, el árbol ha cambiado así como Pozzo que se ha vuelto ciego, Lucky
que se ha vuelto mudo y el mensajero que ahora es un muchacho. Todos envejecieron,
se convirtieron, evolucionaron, sin embargo Estragón y Vladimir siguieron
esperando a Godot.
No podemos apreciar a
un narrador porque al ser teatro, éste no existe. En cuanto al título de la
obra, es acorde a lo que sucede. La espera de algo o alguien que nunca llegó. Puede
ser un poco difícil de entender porque precisamente, es absurdo, sin embargo no
es necesario leer un prólogo. El autor cuenta con un estilo informal un tanto
irónico, que nos facilita entender el contexto.
En lo personal, al
principio la obra me pareció un poco ilógica, porque en sí no sucede nada
interesante; pero todavía no me daba cuenta de la gran verdad escondida detrás
de aquellos diálogos. Los cuales nos incita a pensar: ¿Así me veré yo?
Te invito a tomarte un
momento de reflexión con esta obra absurda, irónica y quieta, para lograr ver
más allá de las conversaciones que estos personajes entablan. Espero que éstos
hombres no sean un espejo de lo que sucede con tu vida y si sí, ¡es hora de cambiar!. No te quedes esperando a Godot, porque quizá nunca llegue.
Si te interesa conocer más sobre Samuel Beckett y Esperando a Godot, checa este video:
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Bibliografía:
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