Por: Octavio Daniel Loredo Olmos
Pintado ser un día hermoso, pero no, apenas desperté y notaba la
humedad en los cristales de la ventana, fue una noche agitada y las calles corrían
con cientos de litros de agua por la lluvia.
Me dispuse a levantarme ya pasaron
de las 7 y probablemente como siempre no llegaría a clases de las 9:00.
Bajé las escaleras buscando algo de desayunar, no tuve tanta suerte, pero
no hay nada que una taza de café no solución.
Aliste mis cosas rápidamente para
meterme a la ducha, no sin antes poner un poco de música ¡Vamos!
cualquiera con la casa sola las 7:30 de la mañana lo haría.
Al salir de bañarme mi teléfono
tenía un montón de mensajes, entre ellos uno de Arturo un compañero de clase al
cual no le importaba un carajo la redacción de estos.
Inmediatamente busqué ropa cómoda, me cambié y salí de casa
rápidamente.
Estaba a unos cuantos pasos
de llegar a la entrada de la universidad y pude ver a Arturo en el vestíbulo
dando vueltas como desesperado en cuanto no te qué iba a decir algo traté de
evadir lo diciéndole ¡Sí! ¡sí! ya sé ¡revisé tu mensaje! seguí mi camino hacia
el jardín con el siguiéndome a pasos largos.
Pasamos mucho tiempo platicando
sobre Diana.
Diana era una chica que vivía por
mi casa y Arturo estaba enormemente enamorado de ella… A veces parecía que le
urgía confesarle su amor como si fuera de vida o muerte y esta vez era una de
esas veces.
Manuel, primo de Arturo, le había
platicado que Diana tenía muchos pretendientes y que era mejor que se apurara.
Eso lo volvió loco.
Por fin, después de mediodía
perdido y con la conciencia intranquila por no haber llevado todas mis clases
del día, regrese a casa
Tenía mil tareas y proyectos,
demasiadas cosas en qué pensar, pero sólo uno pasaba por mi cabeza. No sólo la
mañana se trató de Arturo y Diana sino que en la tarde también pasa lo mismo.
Arturo era mi amigo
desde la secundaria y desde entonces somos inseparables. Diana siempre ha
vivido 4 casas de la mía y la conozco desde que tengo memoria, aunque no podría
llamarle a mi amiga como tal le tengo un cariño enorme,
Sin embargo, Diana ya tenía novio y
lo sabía desde hace algunas semanas… cómo podría decirle a mi amigo eso… cómo callármelo
sin evitar que él haga algo ridículo tratando de conquistarla o peor aún, que
termine golpeado por su novio.
Es un poco difícil tomar esa
decisión ya que podría afectar mi relación con cualquiera de ellos.
Ya han pasado nueve días después ya
que el jueves que recibí el mensaje de Arturo diciéndome que por fin le diría a
Diana que le gustaba. Nueve días pasaron muy rápido. En nueve días reprobé un
examen, mi hermano no ha regresado a casa y Diana al parecer sonido de la suya.
Sí, reprobé un examen, es algo normal… pero mi madre me castigó y
esta vez no podré visitar a mis abuelos en vacaciones.
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