Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

11 oct 2016

IV

Por: Octavio Daniel Loredo Olmos
Era una bonita tarde de domingo, y se encontraba recostado en el sofá. No había mucho que hacer y parecía que el tiempo pasaba lento, a pesar de que no fue la mejor semana, todo parecía en calma.
Ernesto se había mudado de casa hacia una semana, no sabía si hablarle seria lo correcto después de todo el mal entendido que ocurrió. No. Definitivamente no era un domingo tranquilo, no en su cabeza.  
Después de contar los pequeños puntos en el techo de la recamara, recordó que Pedro le había prestado un libro, apenas y lo entendía, pero faltaba poco para terminarlo, así que decidió retomar la lectura.
Llego la noche y el viento frio comenzó a entrar por la ventana. Las 7, las 8 las9 y aun no podía terminar ni un capitulo. Parecía haberse quedado estancado en uno solo.
“Siempre me vas a querer, yo represento para ti todos los pecados que nunca has tenido el coraje de cometer”
Repetía y repetía. Los mismo, cientos de veces, saco un color de un cajón y resalto ese fragmento haciendo parecer que todo lo demás en esa página ya no importaba.

Después de cuatro años todavía lo perseguía, parecía que nunca terminaría, hasta una pequeña frase, que bien podría ser nada le trajo un montón de recuerdos y un inevitable nudo en la garganta.

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