Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

14 mar 2017

Nos he visto

Isis Icnelli Rivera Alvarado

Aquí vas otra vez,
cruzas, pero vas a volver, te quejas dispuesto a ceder. No cambias y muy bien lo puedes hacer….
Tus ojos, sus ojos, mis ojos, también lo pueden ver, destellan siniestros llenos de fe.
Nos buscan, amantes de lo que no se puede ver, nos escuchan y persiguen hasta hacernos creer.
Llueve, todavía no llegas y me seduce el tono de la melancolía. Llueve y ojalá tu recuerdo se viera borroso…te espero, no llegas. Llueve y la corriente o el encierro traen consigo las vivencias, en aquel árbol te veo y en aquel rincón otra vez te beso.

Quizá un día, cansada de sembrar amores perfectos que duran un segundo, tres días o un mes
olvide los recuerdos y deje de estrechar sus pies sin considerar el tiempo que ha pasado desde la primera vez. Cada uno narra su versión de tu historia y yo te recuerdo, a tientas orando para encontrarnos al atardecer. Sin recuerdos no hay nada, sin memorias nos he visto desaparecer.

A mi invítame a mirar las estrellas y a vivir cada emoción
A mi enséñame hasta el último rincón, habla de algo interesante, de aquello que te causa más pasión.
Regálame caricias, tenme paciencia y hazme el amor.
Háblame despacio acariciando cada letra en su oración, olvida las apariencias y enséñame tu verdadero valor, ponme al volante y deja que tome la dirección.
Háblame para que desde lejos reconozca tu voz.
Deja que te invite los juegos y la pasión y después de eso lee conmigo y discute sobre el corazón. Durmamos la siesta en el sillón, vallamos por todos los días que sean como hoy.
El tiempo de volver llegó, que dulces momentos la tierra negra me obsequió. Me despido de ella dándole gracias por todo lo que me enseñó; compartió conmigo algunos trucos y sus tesoros me prestó. ¡Eres tierra negra donde florece la imaginación!
Antes de ir, te los devuelvo para guardar tu secreto y conservar el encanto, la magia y tu vegetación.    

10 mar 2017

Quiero

Isis Icnelli Rivera ALvarado
De tarde a noche
hoy
llamarme absoluta y tuya
que me des las lunas de octubre,
las mañanas cálidas en tus pies
y llenes con placer el vacío de mis hojas.

De ti
tu esencia, impregnarme de tu alma y jamás sentirte ausente.
Ven cariño un día o tres
ven cariño unos segundos que basten para llevarte conmigo una vida después.
Ven.

De ti
dos senderos claros en los ojos míos
gritándome que voltee de nuevo a verte,
perder el tiempo y saber que no he perdido,
de ti tus letras con la certeza de que son solo mías.

De ti autor de mi orquídea
quiero
poema de amor que me salve de lo efímero,
leerte perfecto, comprenderte después del silencio que amerita analizar cada letra de tu piel.

De ti
dejarte dormir, sé que en la mañana hay tiempo
dejarte ir, y esperar nuestro siguiente momento
dejarme ir, con el viento en mis pies a los tuyos.

Que no te pertenezco y no me perteneces,
pero ese momento fue nuestro.
y te apoderaste de mis labios, dominaste en lo profundo.

A veces te recuerdo,
no sé.... si sepas que te pienso o si creas que te sueño
pero si tú supieras que te pienso como te pienso y te sueño como te sueño
vida
sé que estarías conmigo.

Quiero        de ti
que el ultimo verso del amor,
hálito que salva de las horas sin tiempo,
me lleve a lo profundo de tu beso.
Me lleve a vivirte, lejos 

muy lejos de tu recuerdo.

Te quiero     aquí     mañana como ayer.

8 mar 2017

Salto al abismo de fantasías


Luisa Carolina López Balderas

Sabía que no me anhelabas,
no soy quien para quererte,
igual me atreví a dormir
y a tu ternura rendirme.
Verte con ojos de madre,
adorar tus gestos leales,
abrazar toda extrañeza
hasta embriagada soñarte.
En río de ilusión besarnos,
bañada bajo los pétalos
de caricia tejida por
engaños del miedo solo.
Al despertar yo egoísta,
aúllo agobiada en mi falta
rogando indulto del credo:
“No existe quien me acepte
tanto no debo sentir”.
Misma aún sigo errando.
Tu recuerdo va en suspiro,
tus manos de suaves notas
en canto no es para mí.
Perdona mi ahogo en llanto,
mas arder en tu rechazo
sofocada con tu olvido
al sangrar de la indolencia,
no hiere como olvidar querer.
De pie me tiene el delirio,
gracias te doy por dejarme
nuevamente sentir, aunque
tú no anheles de mi ser.

Que hubiera sido

Celina María Alfaro Pérez Molphe

Y tus ojos en los míos bailándole al vacío, alientos que ocupan el mismo espacio, manos que se transforman en cobija contra esa incertidumbre de si lo correcto será amarnos, enamorarnos.
Tú, que te escapaste de algún lugar secreto, ser moldeado a mi cuerpo que de grandes esperanzas me alimentaste, dejándome necesitada de ti y solo de ti; el aire no era nada si no era aire de tu cuerpo, no podía comer si no era de hambre de ti y solo quería todo de lo que me llevara a pronunciarte.
Quise engañarme pregonando que no sabía hablar de amor, que mentira si tu nombre era sinónimo de devoción y cuanto sobre pasión me enseñaste y ninguna noche se escapaba de nosotros, de nuestros cuerpos siendo uno.
Nosotros, salvajes imperfectos, absorbentes, vulnerables en todo momento que no nos tocamos, que no estamos juntos y que no danzamos como la marea lo hace con la arena, como el viento lo hace con las hojas, tan simple parecía todo contigo como lo era respirar.
 Eras cotidiano.
Podía comparar tu amor con el espacio y las estrellas, con esa ansia intensa de que siempre fueras mío de mi cuerpo y de mi alma, mío de mí ser y de la existencia que me ahorca y ahoga cada día, cada hora, cada momento de una inseparable colección de instantes en los que yo también te pertenezco y soy tuya de tú alma y de esos ojos con los que me miras y me atraviesas, sin detenerte y pensarlo, sin necesidad de analizarlo.
Te pienso hasta sin pensarlo sin desearlo inundas mi piel y mis células, células desgraciadas cuando no te encuentran, desdichadas cuando no te respiran, que deseosas se hallan de las tuyas y de ti. Y soñar era inútil, en un mundo donde solo tú, amor, donde solo tú existes de que sirve soñar, de que sirve desear algo más que no perderte.
Estúpido el día en que el universo decidió inventarnos, inventarnos como uno, inventarnos para el otro, estúpido el día en que el universo me obligó a amarte y a necesitarte.
Y que hubiera ocurrido de no tropezarnos, de habernos detenido, de no habernos conocido. Mi cabeza hubiera dejado de funcionar, mi corazón se habría detenido y yo hubiera dejado de soñar, de no haberte conocido. Y que si tus manos no me hubieran destruido, tus besos no me hubieran reconstruido, estaríamos muertos, muertos de dolor de no amarnos, de no transformarnos y de no recordarnos.
 Estaríamos muertos, respirando, tan muertos y solos, miserables llorando por algo que solo pudo ser, que no era más que un sueño dentro de un sueño y yo solo un alguien deseando nunca tener que despertar, poder solo seguir durmiendo y estando contigo, existiendo a tu lado, con tus manos, tus ojos y tus labios.
Y no puedo pensarme sin ti, prefiero continuar soñando, con tu nombre y tus párpados y tu tibia piel que calienta la mía que pareciera siempre estar fría.
Y que hubiera sido de no haberte conocido.