Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

10 nov 2015

LOS DÍAS MÁS GRISES
                                                         Por: Luis Daniel Razo Infante


Esta es una de esas historias que se asemejan con la realidad, la mía o la de cualquiera que haya intentado suicidarse a temprana edad.

Ya le recuerdo muy poco. Él era un niño de rostro casi perfecto, ojos grandes, cabello rizado y expresión de melancolía. Cuando lo conocí, no alcanzaba el metro de altura y rara vez sonreía. Siempre me pareció tan fuera de la realidad un niño así, tan seco, de mente volátil y distraída.

Ese día él caminaba solo como la rabia o un suspiro, muy lento, casi sin existir. Iba llorando, sus lágrimas que parecían de cristal rodaban por sus mejillas hasta confundirse con la lluvia, desvaneciendo todo indicio de lo que siente el corazón.

Temía llegar a casa y tener que hablar, porque era como un pajarito atormentado por la rama en la que habita. Un niño que soñaba con volar antes de tiempo, antes aún de tener plumas. Imaginándose, siempre escapando veloz en el viento para no volver jamás.

Un día de tantos en los que jugaba a ser grande, soñando con la libertad, experimentando, aprendiendo sin medir las consecuencias, con un acto inocente, sin malicia quebrantó los reglamentos, en un segundo, las miradas acusadoras, delatoras se extendieron como el fuego en la hojarasca... De repente llegó la tormenta.

Yo estaba ahí, lo recuerdo perfectamente, como si reviviera el momento. Él gritaba y sufría profundamente en un rincón el abandono. Mientras una tromba con truenos de palabras y golpes retumbaba una y otra vez ante a sus ojos llenos de miedo y confusión... Y ni Dios, ni los ángeles estaban mirando.

Él quedó con el alma al desnudo y el corazón desgarrado a golpes, por un absurdo, un crimen que no cometió.

A esa edad aunque sientas que eres grande, hay cosas que no logras comprender. ¿Cómo pueden la maldad y la ignorancia llegar a corromper al ser que te dio la vida, al grado de desgajarte el alma y endurecerte el corazón?


Él, quedó triste, abrumado sintiendo el abandono, así conoció a su primer mejor amigo, el odio y a su compañera inseparable, la venganza. Se volvió perverso, rencoroso, soberbio. Vacío al fin. Vagando sin rumbo, soñando con abandonar la vida.

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