Me besas de noche, con las horas. La mañana inaugura tu nuevo delirio
sin tregua, renace entre los minutos del unísono deseo.
Desnudas horizontes, sueñas crepúsculos, el silencio de media vida con
larga muerte cubre tus labios mediante: la miel del durazno de los sueños; el
perfume de vida que nace; la promesa, lo eterno. Estrellas cubren la esperanza.
Sin ti...hoy, y sólo tu nombre para poder vestirme, para besarlo, levanto tus palabras
que el viento deja caer. Tejo un suéter con tus pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario