Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

6 may 2014

Corazón de Mar

Por: Silvino Kazim







A Mar le gusta imaginarse por arriba de su nombre. Verse nadar; cómo su cabello y la noche se funden con las olas. A ella no le agrada hablar de su estatura, pero se sabe delgada. Esto dice ella: “disimula bastante”.  

Su voz de hojas, fruto, piel de durazno; canta junto con la lluvia. A veces sus pensamientos son libres asociaciones de contrarios: los opuestos en sus palabras danzan, se reconcilian. Ella camina, es un baile del viento con los pétalos de las flores. Cuando se detiene, el mundo deja su parloteo, la observa en silencio. 

Cuando ella cierra sus ojos y se sienta sobre un lago, un cisne nace entre sus pies. Tubos de óleo caen... cascadas; se derraman de las nubes que pasan por el cielo.  

Tiene una hoja, construye un barco. Se sube a su embarcación. Se acuesta. Sonríe un minuto,  absorta en la delicia de los segundos,  todo le sabe a la felicidad que ella misma personifica. Llora en el otro instante pequeñas gotas de acuarela, por el azul desconocido, rostro onírico del misterioso, aquel que  entiende su tristeza.

Mientras navega, escribe unas palabras dirigidas a él; Mar espera que el poema-hombre llegue, en un avión de papel con una carta para ella. Por el cielo pasan las horas volando, no hay correspondencia. Habla de lo que siempre habla, los hombres de afuera son hombres; no entienden lo que Mar dice lo que siente , adentro, él, la sabe escuchar con el oído grande, hermoso, que se ve a través de su camisa, en un pecho de  transparente mármol.

Lo presiente, algunas veces, como en este instante, cree en su presencia, pero al final de la hora, sabe que está  sólo en su imaginación. Se contradice, una vez lo afirma y la otra lo niega. Él regresará como siempre, entre las cortinas del silencio a decirle: existo, estoy en tus sueños de Mar, ve a leer lo que te dejé escrito en la arena. 

Abre un grifo. Recoge agua entre sus manos. Se limpia la pintura del rostro. Aprende a hablar en silencio. Ya no busca nuevas palabras en el firmamento, ahora busca el alfabeto en los microscopios. Escapa del  infructuoso amor, desamor. Mar, aprende a hablar el idioma de la ciencia, se encuentra sin delirio. 

Su madre hace tiempo que no la visita, hoy aparece con alas de libélula entre páginas de libros y le dice: el amor, Amor, está también en un átomo. Mar quiere hacerse pequeña para abrazarla. Casi lo logra. Su hada desaparece antes. Le deja un beso flotando en el aire. Mar guarda el beso entre sus manos.

Esta noche, apaga la luz de su microscopio, se sube al techo  de su casa; ve las estrellas, entiende que el universo es una nube de electrones, protones, y quartz. Mar cuenta más de treinta luces en la bóveda celeste, ella no tiene hijos, tiene muchos átomos dentro de sí. Se pregunta: ¿cuál de ellos es él? Mar cierra sus ojos. Se acomoda para meditar. Cruza sus piernas en forma de flor. Él se sienta a su lado. El corazón de Mar, el alba y el mar, se derraman del cántaro del cielo.





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