Por: Silvino Kazim
La belleza no es como una idea eterna, inmutable, una fórmula para
calcular la velocidad con la que el corazón cae del manzano; la belleza no es
un símil. Lo bello es como la interpretación de un lápiz narrando sobre un papel,
de un pincel deslizándose sobre el cielo violeta; las notas bailando y
brincando con mis pensamientos sobre tu cuerpo de oxígeno.
Un amanecer resbala dentro de la pupila; el tiempo en silencio guarda tu
nombre, la semántica de lo indecible por bello, atesora tantos sinónimos
de lo bello. Lo bello es éste decir que te estoy conociendo, sentirte, vivirte, sin buen
juicio, sin mal criterio; aire en pasado progresivo navegando en los pulmones. Me quedo con lo inasible. Lo bello de
éste instante es verlo fragmentarse entre los dedos de la espera.
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