Por: Agustín Gómez
Orfeo era un hombre que tenía una
lira. Con su música mágica alegraba a todas las creaturas que le rodeaban. Un
día, estando con las ninfas, sintió una gran atracción hacia una de ellas. Su nombre era Eurídice. Poco tiempo después, se conocieron más y se
enamoraron. Eran dichosos. Sin embargo, la felicidad no duró mucho.
En cierta ocasión, un sátiro persiguió a Eurídice. Ella intentó escapar, pero por azar una serpiente venenosa la mordió. Orfeo, desesperado, la buscó y la encontró moribunda.
Minutos después, ella está muerta. Como Orfeo la amaba mucho, decidió ir al inframundo a recuperarla.
En cierta ocasión, un sátiro persiguió a Eurídice. Ella intentó escapar, pero por azar una serpiente venenosa la mordió. Orfeo, desesperado, la buscó y la encontró moribunda.
Mientras tanto Eurídice, pensaba:
-Orfeo, no te quiero dejar, mi pedacito de cielo. ¿Ahora que harás sin mí?
Minutos después, ella está muerta. Como Orfeo la amaba mucho, decidió ir al inframundo a recuperarla.
-Mi amor, te extraño tanto en el reino
de los muertos.
Orfeo inició su viaje al inframundo.
Con sus bellas melodías logró convencer a Caronte que lo llevara y a Cerbero de
que lo dejara entrar.
- No puedo creerlo Orfeo, has
desafiado la muerte para venir a rescatarme. Tu amor es grande.
Una vez que llegó, convenció con su
bella música a Hades y a Perséfone de que le regresaran a Eurídice. Ellos
aceptaron, pero con la condición de que no volteara a verla hasta el final del
viaje. Entonces emprendieron el ascenso.
- Espero que realmente no caigas en
la tentación de mirar atrás.
Orfeo estaba cumpliendo su promesa.
- Vamos, ya casi lo logramos. Estamos
cerca.
Pero faltando poco para llegar a la
superficie, no resistió y la miró.
-No Orfeo, ¿Qué has hecho? Ahora me
hundiré en la obscuridad.
Eurídice cayó al inframundo de nuevo
y Orfeo ya no pudo recuperarla.
-Hasta siempre Orfeo. Quiero que
sepas que siempre te amaré y espero algún día volverte a ver. Adiós cariño mío. Volveré a caer en
las sombras.
Como Orfeo se sintió desconsolado,
dejó que unas ninfas lo devoraran. Su cabeza llegó a un río, donde un dios la
convirtió en piedra, para que se conservara. Después de estos sucesos Orfeo por
fin logró reunirse con su amada, aunque
fuera en el reino de la muerte.
-Por fin estaremos juntos para
siempre, es algo heroico que siempre hayas luchado por mí. Te amo.
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