Reseña. “William Wilson”
de Edgar Allan Poe: La Sombra
Emmanuel
Barrientos Avila
Edgar
Allan Poe
William
Wilson
Madrid
Alianza
1839
1016
(Boston, EE UU, 1809 -
Baltimore, id., 1849) Poeta, narrador y crítico estadounidense, uno de los
mejores cuentistas de todos los tiempos. La imagen de Poe como mórbido
cultivador de la literatura de terror ha entorpecido en ocasiones la justa
apreciación de su trascendencia literaria. Ciertamente fue el gran maestro del
género, e inauguró además el relato policial y la ciencia-ficción; pero, sobre
todo, revalorizó y revitalizó el cuento tanto desde sus escritos teóricos como
en su praxis literaria, demostrando que su potencial expresivo nada tenía que
envidiar a la novela y otorgando al relato breve la dignidad y el prestigio que
modernamente posee.
La historia comienza
con el narrador, un hombre de ascendencia aristocrática que se llama a sí mismo
William Wilson, describiendo su pasado, la cuidad en donde había crecido, Narra
su infancia y juventud la cual paso en un colegio isabelino. Aquí es donde
conoce a otro chico el cual tiene su mismo nombre, tiene un parecido a él,
además de haber nacido el mismo día que él, William compite con este muchacho, pero éste lo supera
muy fácilmente, de manera que comenzó a considerarlo como lo considera prueba
de su auténtica superioridad, el protagonista comienza a copiar las manías y la
forma de vestir y de hablar de William, y llega un momento en que descubre que
el muchacho tiene exactamente su misma cara. Al ver esto, William abandona inmediatamente
la academia, sólo para descubrir que su doble se ha marchado el mismo día. A
los quince años, el carácter impositivo de William Wilson le permite sobresalir
de entre todos sus compañeros de escuela, salvo uno: un tal William Wilson, quien
por extraña coincidencia, se llama igual que él, pretende oponerse ante el en
cada actividad que este desarrolle, el
rival del nuestro protagonista tiene un defecto en los órganos vocales lo cual
le obliga a hablar en un susurro apenas es perceptible para el oído humano, además de dedicarse a perfeccionar una
imitación de William la cual abarca
desde sus palabras, sus acciones, hasta su forma de vestir, de tal modo que su
extraño compañero se convierte en una copia de el mismo.
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