Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

18 nov 2015

Reseña. “Antología Poética” de Jaime Sabines Gutiérrez: Poesía
Emmanuel Barrientos Avila

Jaime Sabines Gutiérrez
Antología Poética
México
Fondo de Cultura Económica de España
2008
422 págs.

Poeta mexicano nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; el 25 de marzo de 1926. Hijo de un libanés emigrado. Vivió alternativamente ahí y en la ciudad de México. Estudió medicina, pero abandonó estos estudios, posteriormente estudió letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (U-NAM), donde se licenció en Lengua y Literatura Española. En su juventud participó en programas de radio. Fue diputado federal por el estado de Chiapas de 1976 a 1979 y diputado en el Congreso de la Unión en 1988 por el Distrito Federal. Fue poeta calificado por el presidente de México, Ernesto Zedillo, como uno de los más importantes del país en el siglo XX, falleció el 19 de marzo de 1999 en México, Distrito Federal, víctima de un cáncer a la edad de 72 años, Jaime Sabines al final de su vida dedicó algunos meses al leer sus viejas libretas: de ellas saldrá muy pronto un tomo de "poemas rescatados". La lectura de esos cuadernos lo llevó al recuerdo de sus años de estudiante: en la Escuela de Medicina, primero, y en la de Filosofía y Letras más tarde. Estas impresiones fueron rescatadas durante varias entrevistas entre Alejandro Toledo y el poeta, para hacer posible el texto que se reproduce a continuación, del cual se han omitido las preguntas con el fin de hacer más fluida su lectura. Esta colección se divide en nueve partes: El Horal, La señal, Adán y Eva, Tarumba, Diario Seminario y poemas en prosa, Poemas Sueltos, Yuria, Mal tiempo, Otros poemas sueltos.

Sabines habla con Dios, con la mujer, consigo mismo de la manera en que los noctámbulos, los solos, los insatisfechos, los fracasados se oyen en sus entrañas, cuando el frío y la borrachera de la noche, el insomnio, la soledad, el dolor, la desazón y el fracaso los obligan a detenerse. La distancia que el poeta chiapaneco tiene frente a sí mismo o frente a los acontecimientos que provocan sus poemas es mínima. Escribe simultáneamente a la muerte de su padre o de su madre, al nacimiento de su primer hijo, al paseo dominical de las sirvientas, a la noche de insomnio y a la de amor. Su mundo es el del asfalto y el de la queja de nuestra ciudad, en este sentido es un cronista: escribe como el buen periodista, en caliente, no a toro pasado. Todos sus poemas comparten esta urgencia del reportaje, esta obsesión por el contacto, por el enfrentamiento con el núcleo pasional de los hechos. Sus poemas están fechados no por el tiempo estacional o largo de la naturaleza, ni siquiera por el  de la historia, sino por el calendario semanal y ciudadano de la época. El autor de Tarumba ama u odia según las horas del día, hay en sus versos huellas de casi todas las sustancias; las pequeñas y las grandes, las materiales y las religiosas, las naturales y las artificiales que componen nuestra vida.

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