Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

23 nov 2016

Compraba caricias para no matarse II



Para comprender mejor el texto leer:
“Compraba caricias para no matarse”.

V
(cinco)



Emmanuel Martínez Rangel


                                                                       
Debería de inventar una historia que comience
un siete de septiembre a las cinco con cincuenta.

Puerta maldita, maldita puerta de roble que me trajo a ti, a recrear una a una las líneas, tus líneas. ¿Por qué le dije eso? ¿Por qué te dije que tu amor no bastaba?

¿No te alcanza? No te alcanza si no me has conocido, si dices soñar conmigo y plena ilusión sin mí. ¿Qué acaso no te pasa? querer estar conmigo como yo en ti, que no serán las ganas de tenerte aquí desnuda a mis ojos, sino vestida entre mis brazos, ¿qué acaso no lo sientes? no sientes que me estás matando, qué me estoy muriendo con la fiel idea de que eres feliz sin mí. Sin esto qué podría darte mejor que nadie, de estas ganas de fundirme en ti y de dejarte para que otro te de la felicidad que yo no puedo, qué no tengo, qué no comparto. Se dé más que soy un hombre frío. Qué me callo y frente a todos y soy un enclenque.
 Está de más decir que te quiero, qué si te dejé amor, solo fue porque te amo. Culparé a la distancia y será solo por mi in-valentía, culparé a estar lejos, a esas noches donde las palabras no bastaban y era sino el hombre más miserable de este mundo, el más impotente, el más surrealista en cuerpo y mente. Amor, nunca dudes que te amo, que te quise incluso más que a mí. Nunca dudes lo que siento que aun ahora estoy pensando en ti. ¿Quieres que te diga, por qué a ti mi amor no te alcanza? te lo haré simple: el día que te entregues un fin de semana. el día que creas que ya nada más se puede hacer, cuando hayamos agotado todas las esperanzas y quedemos en paz al vernos el uno al otro. Ese día podrás decir que este amor no te alcanza, no te sacia, no es digno de ti. Ese día yo seré el que se vaya con toda la pena y toda la gloria hasta su cama, qué ya no será tuya. Mientras tanto dime amada*, si no estás "inmóvil"* por qué tendría que rendirme, qué dejarte en las manos de otro enclenque, por qué habré de cruzar los brazos y ver tu felicidad a medias. ¿Por qué? Si aún estoy lleno de desesperación de decirte no te vayas, de decirte estoy muriendo. Que quiero escucharte, escuchar tu voz hermosa y ver tus ojos perderse en los míos.
Solo una vez. déjame ser eso que tanto añoro. ¿Qué podría salir mal si dices que mi amor no basta?

Él era un marginal, un hombre de otra índole, mis amigas hablaban de él todo el tiempo, pero no por lo bueno que podría haber sido, sino por todo lo malo que veían en él, quiero decir que se centraban en esas pequeñas imperfecciones. En cómo no le ponía los puntitos a la “íes”. En como su métrica era mala y qué decir de su ortografía.

Hablaban y repudiaban a mi hombre y yo ¿cómo lo había permitido? Aún no lo sé, pero me costaba como a nadie, porque a pesar de amarle con todo mi ser no era siquiera capaz de defenderle, de defender su honor cuando todo pasaba.

Era un hombre alto, debería andar cerca de los 30, su apellido era sino el más común de la ciudad. Por las tardes llegaba a su casa y era un hombre aburrido, aburrido como cualquier hombre soltero de treinta.

Se llamaba digamos que Emmanuel. Hombre viril y muy mal amigo mío, de todos los que se acercasen, era un hombre mal encarado, pero para mí tenía algo. Digamos que toda esa virilidad era sino la excusa para acercarme siquiera un poco a donde él y preguntarle su nombre. Que estúpida soy si por otro lado estaba Mariana y María y Sandra y Patricia. Todas demasiado estúpidas para crecer en un hombre. Pero yo no soy como ellas, por eso amo a mi chico, lo amo, sí, pero aún así no sé qué me pasa, porque estoy sino imposibilitada para quererle. Por qué solo conmigo diciendo que le amo y a la vez nada. ¿Por qué maldito miserable? qué no se da cuenta que soy yo; solo yo. Qué soy un problema, un maldito problema, que lo amo, y que no sé cómo demostrarlo, que me volví desde niña esa mujer fría que el espejo contempla ahora. ¿Por qué no se da cuenta que soy de lo peor? ¿Qué no soy capaz de quererme a mí misma? Que mi cuerpo se pondrá flácido. Que tengo mal equilibrio, que no soy bonita. Por qué no lo puede ver y anda por aquí y por allá haciéndome monumentos. Monumentos malditos qué de una tiraría si solo pudiera. Por qué no se da cuenta y me besa esta noche, y me besa como si supiera que estoy muriendo y que él es vida: Solo vida. Por qué no se da cuenta que estoy imposibilitada. ¿Por qué no?

Siempre me gustó el olor a tierra mojada y amaba escuchar llover desde la ventana. Ella era luz ingenua para habitaciones deshonradas y yo un vil mendigo que compraba caricias para no matarse.


Pero mi chico, mi amor no sabía. No sabía que la única luz es él. La única luz ingenua siempre ha sido él. ¿por qué lo estoy consumiendo? ¿por qué lo hago?






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