Ana Lucía Vázquez Alvarado
Nocturno 0
El ritual comienza
al soplar las velas,
la tierra descansa,
las sombras ahogan
a los durmientes.
Pero yo no duermo,
pesadilla eterna
de la bruja insomne,
tus lunares brillan
sobre el horizonte
de extinguido fuego,
mi alma se arrodilla,
dentro del espejo
mi reflejo negro
y latido oscuro,
la muerte me llama
y yo la escucho.
Nocturno 18
Dama de piedra
protectora de durmientes,
ayuda a este insomne
plegaria de su sombra.
Lo sagrado duerme,
tú
me ignoras,
la
bruja viene
a comerse mis horas.
La arena se detiene,
la oscuridad se cierne,
la desesperación abre
a
los monstruos sus portales.
Lo
ilógico su reino,
déjame
entrar al tuyo,
pero no soy un durmiente,
tus
ojos no quieren verme.
Despierta la sombra
oculta
en mis talones,
no
estoy solo en la nada,
siento
ya el el pulso negro
el
otro latido de mi alma.
Caigo
de mi cuerpo,
rechazado
por la Luna,
las
horas no son mías,
son
de la bruja
piel
de lentejuelas,
su
hechizo negro
mis párpados corta
y
en la vigilia obligada
de
un ser sin sueños
detiene
mi tiempo.
Nocturno 9
Tinta china el éter
pesado en mi sobra,
encadena mis tobillos
y me hunde más en mí.
Prisionera en las paredes,
prisionera en los espejos,
prisionera de las horas
escapo a los durmientes.
Al fin, silencio es sosiego,
la soledad es compañía
y soy sombra y soy bruja
en su hechizo susurrado:
Un laberinto de espejos
donde perderte a ti mismo
al centro te espero
seré siempre lo peor de ti.
Sueño de despiertos,
piedra de toque sus ritos,
de bilis negra veneno
consuelo de caídos.
La oscuridad es segura
si la muerte canta,
bailemos contra la hoja
de su guadaña.
Que no termine la noche,
a los soñadores vacíos
jamás despiertes, quédate,
quédate insomne
y oscuridad abrázame.
Nocturno 6
De la luna escondido
para estar contigo,
cantemos poesía, bruja,
en la oscuridad sin tiempo
donde nada es, somos todo.
Faro de medianoche,
lleva mi alma hacia donde
las sirenas lloran
el mar de bilis negra,
sus cantos desde mi alma
tomo como cadenas,
sola nunca la miseria,
se viste de fiesta negra.
Cantemos poesía, bruja,
tu ritual no concluye
y bailan mis sombras
el eón de los durmientes,
deseo sus fantasmas,
abrazarme a mi alma,
contarme secretos
de mi propia nada.
En mi vigilia obligada,
tu hora de las ánimas,
cantemos poesía bruja,
con fantasmas bailemos,
nunca al tiempo regresemos.
Nocturno 20
El tiempo camina
se come a la tinta,
la gravedad vuelve,
los fantasmas se despiden
y los sueños mueren.
Los portales cierran,
sobre mi rostro la máscara
ya rota se moldea,
con el sol como modelo
la luna como materia.
No quiero luz,
no quiero calma,
no quiero que te vayas.
La fortuna vuelve a girar
y los durmientes reviven,
secretos se guardan,
el miedo bosteza
sobre las cuerdas del tiempo,
me ahorca con ellas
lo mueve hacia mí y
nos fundimos con el helio
El juicio come libertad,
el miedo la dicha,
la luz secretos,
el alba a la bruja
y la vida me trae muerte
en cada nuevo amanecer.
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