Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

24 may 2017

Nocturnos

Luis Antonio Rico Guerrero
I
Llevamos todos un lastre
que nos amarra y esclaviza
y devora a cada instante,
que nos repta entre los huesos
y entre sombras nos acecha
con sus pisadas de humo.

Es un lastre que nos cierne,
indiferente, a la tierra.
Es un tirano sin nombre,
un viaje de etéreos soles,
testimonio inexpresable
que erosiona nuestra carne.

Su puño helado sabemos
que en algún día irremediable
no apresará granos nuestros.






II
Como telón suave te deslizas
sin escatimar en artilugios
usas la luz pequeña del cielo
las estrellas yacen derrochadas

Tus tentáculos de sombras
lo envuelven todo de negro
no falta el agua ni el fuego
ni el sopor de las paredes
ni los ladridos de perros

Mi sangre brumosa se agita
al sentir la argenta piragua
¿de cuál rocoso abismo surges?
Se abalanza ya una atmósfera
de soledad y austero tedio.

Sobre tu ufano vientre danza el crimen
dejando signo amargo en mi garganta





III
Se es como una hoja agonizante
cayendo junto a otras hojas
haciendo eco el grito en el viento
un grito que nos atraviesa
toda la médula en las noches

Es como un tren carnavalesco
que se aleja y te deja atrás
Es un goteo de testimonios
que perfora nuestro trépano

Y te hundes en un abismo
en un hervidero de voces
que no alcanzan a decir nada
en un líquido inmiscible
que se sedimenta hasta el fondo






IV
El ritmo sereno de la noche
me trae tu bendito recuerdo:
tu cuerpo yaciendo desnudo
con tu mirada sobre mi pluma.

Es como un torbellino impalpable
que me envuelve y donde me sumerjo,
que me repta mórbido en las noches.

Recuerdo el dulzor de tus ojos
y el frescor de tu sonrisa parda.
Ojalá tu cuerpo vibrara aun aquí
sobre la tibia y sombría cama

para ir perezoso a acostarme
sobre la cuna de estrellas
de tu nocturna cabellera
y beber tus cándidas lagrimas
y retozar en la línea de tus pechos

y ver cómo los astros giran por tu piel.




V
Tapiz de cacofonía nocturna
ladridos frescos
llanto corrosivo
bruma purpura
no soy más que cenizas

cenizas volubles en su memoria
que despeña desde el peñasco
pintura muerta
ofrenda de barro y flores

caen en el mar negro
mecánicas crestas blancas
sobre un cielo gris
papeles chamuscados
prendas desgarradas

hacen un esfuerzo por elevarse
y escuchar la música de sus ojos
y besar el carmesí de sus labios
del puzzle pálido de su imagen

Exprime mi corazón arenoso
y esparce sus chacales
por lo inesperado
por el grito del corazón abierto
amamos y tememos.


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