Sonia
Kelly Isaura Narváez Portales
Es de noche, es momento de que empiece el juego de
amantes. La fiel compañera ya está puesta, esa que espía por las rendijas de
las alcobas a los jóvenes cuando el derroche de amor se da. La manecilla del
reloj apunta las doce, apunta a recorrer los cuerpos que esperan ser amados.
Pero tú estás dando un gran sorbo a tu vino, en tu habitación no hay hombre, no
hay rasguño, ni mordisco. Tú elegiste a los libros, elegiste esperar a vestir
la larga cauda hasta que salga tu primer cabello blanco.
Nunca has querido echar raíces. Ya no eres lo de los
otoños pasados, ya no eres frágil, aunque el rostro esté bañado de oscuros
colores, aunque el rojo pétalo se pose en tus labios delgados. Esos colores ya
no te pesan, ya no eres frágil ni se estrella tu piel, como el licenciado
vidriera, cuando caminas. Ya no eres barco al que le apuntaron con un cañón. No
eres el tintineante campaneo que el viento rompía para que tu sí no llegara a oídos de nadie.
No puedes conciliar el sueño y caminar, como la décima
musa, en busca del conocimiento. Pero un escarabajo verde comienza a recorrer
tu frente… ¿Qué es lo que pasa ahora? ¿a dónde quiero llegar? Aún está ahí, esperando con el ansia pendiente
de un hilo fino a punto de romper por mí puedo ver sus crisálidas pupilas
palpitando por mi recuerdo ojos de lobo recién nacido alcanzo a ver su cabello
ven a mí en este instante escurre tu fuerte mano y pon tu lengua en mi cuello
olvida lo vivido quiero oír la marcha nupcial un futuro amante mío solo tú y yo
sin que los cuervos me quiten tu cariño escucho esa música lejana pero tu
espalda es tan varonil y blanca tan tuya y tan mía cuántas veces te hice mío
cuántas veces te arranqué el corazón y sangraste ahora escucho escuche ese
ladrido de perro tan odioso odio que hablen fuerte todas las personas la única
voz fuerte que hacía vibrar mi piel era la tuya esa que me hacía llorar a ratos
maldita sea por qué no te vas de una vez y ya que se acabe todo que te acabes
tú y yo seguir seguir y luego ir una vez más a la escuela de aquel lugar y ver
al frente y verme a mí a la que soy a esa que se desliza por las callejuelas
oscuras pensando en el día de mañana en el solitario despertar en la nueva
caricia tuya mío no agonices no tires al rey ven y roza tu barba en mi espalda
esperemos juntos el abril del que soy digna, ese que se saborea cuando una
llega a la edad madura ese tiempo donde voltearás y verás tu blanca casa con
olor a plenitud y donde por la ventana percibiremos juntos el ocaso ya te
siento tomándome fuerte de la cintura y dejando al destino que me lleve hacia
tu cuerpo con tus brazos cubiertos de fino bello llévame mi amor ámame más de
lo que lo has hecho besa las dunas de mis hombros lámelos con tu saliva turbia
que me lleva al paroxismo no soporto esas voces que me alejan de ti ¡que se
callen esos muros! Personas inmundas y banales odio tanto que entorpezcan mi
camino pero déjame oír a Virginia a Simone a Rosario deja que me hablen toda la
noche quedo al oído déjame matar al insoportable escarabajo que se escurre en
mi cabeza cada noche, y que me dice que el mundo es mío y no nuestro espera
escucho un ruido que viene del jardín debe ser tu recuerdo que está caminando
hacia mi eres tú puedo sentirte es el éxito que va a tocar mi puerta es el
matrimonio no es la soledad con los reconocimientos colgados en su gris pared ya
se acercan son los muros que me escucharán mañana son tus gruesas piernas es tu
gran manzana de Adán es tu sexo…
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