Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

5 oct 2014

Del paraíso a la soledad


Por: Ivonne Fabila García



El infierno está dentro de mí. Tú, Yahvé, encendiste las llamas del Averno que incendian mis entrañas, que ahogan mis sentidos y me hacen sufrir. ¿Cómo quieres que no piense en venganza si me condenaste a vivir en las tinieblas, después de haber saboreado el éxtasis del paraíso? Sí, soy aquel del que despreciaste su amor. Yo soy Samael, el caído, el olvidado.  Y todo por culpa de esa creación tuya que llamaste perfecta. ¿Cómo puedes comparar semejante adefesio de arcilla, conmigo? Ante tus ojos, obra más perfecta no existe. Pero te demostraré lo contrario. ¿No te das cuenta que son vulnerables, frágiles y sin decisión propia? Yo los haré que se volteen en tu contra, tal y como tú hiciste conmigo. El primer hombre, tu primogénito, desvalido sin ti, escuchará mi confuso llamado y padecerá la soledad para siempre arrastrando a su compañera hacia el mismo castigo.

Adán será nada.

Yo soy el primer hombre que fue juzgado, primero por Dios, después por mi mujer. Me tacharon de infiel y mujeriego, sin entender que lo único que buscaba era colmar mi inmensa soledad. ¿Por qué Dios creó a la hembra de mi costilla? ¿No se dio cuenta que dejó un gran vacío, justo a un lado de mi corazón? ¿Por qué se marcó semejante destino?... ¿Por qué?... ¿Por qué la soledad es la maldición que hemos de cargar los amantes? Y todo por un juego de poder entre el Bien y el Mal. Después de haber vivido en el Paraíso, ahora caminaré por siempre y buscaré sin encontrar quien pueda llenar el vacío de mi corazón. Ella –la costilla-, a pesar del abandono, me esperará. Y moriremos en una eterna soledad, condenando con el mismo fin a nuestra descendencia.
 
 
 

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