Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

1 sept 2015

La poesía me es indefinible

Por: Katia Sánchez Ortega






La poesía me es indefinible. No puedo reducirla a simples palabras carentes de significado, moralizadas ya por una humanidad que pretende hacerle guerra a cualquiera que sea poeta, pero son su única arma, víctimas enamoradas insuficientes por su uso en decadencia, tanto como la fe, tanto como la naturaleza. La poesía se queda cuando todo se va, son entrañas hechas a mano. Habita en la sala de espera de la muerte, para ayudar a morir mejor. Eres tú dándote cuenta de tu sombra reflejada en pleno sol de mayo. Es insomnio, es desvelo.

La poesía es la línea delgada que hay entre mi vacío haciendo presencia y tu hastío concurrido, anacrónico, perdiendo paciencia. Es la distancia entre los rabillos de unos ojos ciegos y el amorío entre unos oídos sordos.

Es la conciencia histórica de una desobediencia civil, es el desgarre de una garganta castigada por aludir a gobernantes benevolentes. Es lo sobrenatural de lo cotidiano.
Es la sensación de un estornudo interrumpido y la pequeña muerte que se siente cuando sigue su rumbo. Es un desamor en su expresión más sombría. Es un vagabundo con comida y un político famélico. Es la culpa de la muerte y el reclamo de los vivos.

La poesía son heridas sin suturas, es carne débil, espíritu febril, nostalgias heredadas. Es la forma de los cerros y una carretera al cuarto para las siete. Es el nudo en la garganta y un “se me hizo agua la boca”. Es mi talón de Aquiles y un dolor de pecho.
La poesía es la cantidad considerable de fracasos permitidos y un sinnúmero de éxitos precoces. Es el humo diario, nocturno, diurno y en ayunas. La poesía es un rumoroso silencio, sexual, lúdico, emocional, son ruinas sin voz.

La poesía es un loco tratando de explicar las razones de su locura. Es la sed y cansancio de los viajeros frecuentes, es el parecido extremo que hay entre una arruga y una cicatriz, entre la infancia y las infrecuentes alegrías adultas, que perduran sin interrupción. Es infartante. Es la realidad confundida con un sueño profundo. Son los años que me ha otorgado el tiempo. Son  20 000 días en la tierra y unos cuantos minutos en el infierno.

La poesía es un mundo sin censura, sobredosis de emociones. Es la causa del mutismo selectivo. La misofonia de los ancianos. Es el desorden de sueño que me cargo. Es el placer de la última palabra, es el abismo de letras extraviadas. Es ésta soledad habitable y ustedes siendo testigos de ella.

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