La es la sal de la vida. Generalmente
los hombres risueños son sanos de corazón.
La risa de un niño es como la música de
infancia: la alegría inocente se desborda de una catarata cristalina, que brota
en plena garganta.
La risa es como el sol que ilumina el
cielo, como la luna que alumbra la noche. El resplandecer de ésta es lo que
hace que el corazón palpite con mucha más fuerza.
La
risa es como el chocolate, endulza y da sabor a la vida. La risa es la curva
más linda que cualquier persona puede tener. La risa es la música que alimenta el alma.
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