Contigo…
El silencio te ama,
la distancia, la agonía,
el humo de cigarro por
tus madrugadas.
La noche empieza,
cierro los ojos
y eres mía, mía, mía.
Soy la sombra, mi sombra,
tu sombra, su sombra.
Veo lo que busco,
Siento lo que espero.
Tus pies, tus manos
Me sonríen, me besan,
Me acarician, me llevan
A lo mejor de ti.
La simetría de tus pechos
Hace temblar a nuestro Dios
Y tus ojos de misericordia
Se apiadan de él y de mí.
Soy la cicatriz de tu muslo,
Tu aroma a pétalos,
Tu odio infinito a mi cigarro.
Tus ojos me buscan, risueños,
Simples, llanos en la sombra.
Mis manos te tocan y sangran
Y lloran y gritan.
Juntamos nuestros labios
Y tu silencio se rompe.
Besas, gimes, rezas.
Olvido tu cuerpo,
Tu cuello, tus piernas,
Nada me importa.
Te tengo y ello me llena,
Me curas la distimia.
Te separas, te alejas,
Te desvaneces.
La noche termina,
Floreces en mi junto
A mi distimia.
No te busco, te espero.
No sé que espero,
Pero espero por si acaso.
Añoro la noche.
Añoro tu regreso
Siempre, siempre, siempre
En mis sueños.
Y te amo y odio por eso.
Y me amo y odio por eso.
-Jaime Antonio Rocha Zapata
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