Un día lluvioso, era como el mes de julio, donde el cielo estaba triste,
acababa de pasar una gran tormenta, ésta dejo unos enormes charcos donde no se podía
caminar, yo que tan solo iba con mi lindo vestido, mis zapatillas y mi
sombrilla, intenté brincar encima de un charco para cruzar la calle, sin
importar que podía mancharme de lodo, sin embargo, esto lo vi divertido y seguí
mi camino. Enfrente de la calle había un edificio de 4 pisos, era muy antiguo,
sin embargo, muy bonito, en éste vivo yo, el edificio estaba compuesto de
varios departamentos muy acogedores, el mío tenía una vista hacia la calle por
donde pase el charco, me gradaba ver por la ventana, ya que en la banqueta se
encontraban unos enormes, verdes y muy coloridos árboles.
A unos cuantos pasos de mi casa, para ser exactos a lado, se encontraba
mi universidad, ésta era grande, linda y con unos salones gigantescos.