Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

13 mar 2014

Nos arranca la vida

Por: Alexis Guerrero Lomelí


Qué fúnebre es el adiós, dicen muchos. Pero, ¿qué hay después de ese adiós tan trágico en las novelas, esa amarga despedida que celebra la canción y que le llora la poesía? Sin embargo, en el partir es donde verdaderamente está el llanto, el áspero trago que te lleva a irte lejos, muy lejos de tu ser amado.

Tenía yo una prometida tan hermosa, llevábamos ya cuatro años de estar juntos y era buen tiempo, estudiábamos lo que queríamos y nos rolábamos algunas tareas de la casa.

Pero los sueños siempre existen, sueños que a veces no se pueden concordar, el baile, la letra son arte… pero la vida es de cada quien.

¿Cómo le hacen dos personas para quedar unidas?, ¿un hijo?

Un día que parecía como cualquier otro, nos levantamos y bebimos café, de esos colombianos que dicen que son los mejores…y ¡sí!

Ambos teníamos prisa, nada nos podía retrasar, dos oportunidades únicas e inigualables como ninguna otro: un casting y una oferta creativa para un libro. Dicen que la vida te da la oportunidad, pero la decisión la tenemos nosotros. ¿Quién esperaría a que a los dos, locos por las artes, y soñadores de sangre, nos fuera a tocar a tal cual, una oportunidad tan semejante y jugosa?

Con un beso presuroso y ninguna caricia que se pudiera cruzar, adiós. Y partimos por ese zaguán ya despintado y viejo, uno al norte y otro al sur, como polos opuestos y a paso veloz.

La noche anterior habíamos discutido ya sobre las posibilidades de ese evento tan grandioso que se nos presentaba. Pero, ¿qué sucedería si a uno le fuera bien y a otro mal? Claro uno se iría con el otro y seguiría buscando una oportunidad. Mas si en dado caso de que a ambos nos fuera bien y ambos debiéramos partir (New York y París no están tan cerca, que digamos) como destino. Y aunque necios qué podíamos hacer. Ninguno dejaría su sueño, entonces, ¿el compromiso anulado estaría?

El orgullo es terrible, pero ¿quién iba a ceder?

Luego de olvidar  todo, y cada quien dar lo mejor de sí, habíamos quedado de vernos esa misma tarde, frente a la fuente donde nos conocimos. Ella había salido temprano, pero antes debía pasar a otro lugar... una gran sorpresa le aguardaba: génesis del amor.
Cuando el sol se desvanecía y en su último respiro daba paso a la noche, ella recibiría una noticia: su novio, yo, había perdido la vida.

Apenas al salir de la casa ninguno de los dos se había ido tras su oportunidad. Los dos se amaban, pero el destino implacable los alejaría.

Caminé a una florería. Con emoción pensaba ir por ella, para celebrar su victoria. Pero, en ese tránsito de la vida, sólo hay una coma. El auto me golpeó con fuerza. Perdí la vida al caer. La vida me arrancaba de vivir la que llegaría.


Melancolía mortal, ahora pasas por mi garganta tan áspera.

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