Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

10 jul 2014

Reseña. "Entre irse quedarse" de Octavio Paz: Tiempo inexorable


                                                                              Por: Rosa Lilia Ortiz Villarreal
                                                                         



                                           


Paz,Octavio.
“Entre irse y quedarse”.
 Árbol adentro.
México: Seix Barral, 1987.



Octavio Paz, uno de los más grandes escritores mexicanos, ganador del Premio Novel de Literatura en 1990, encontró la relación entre el ser humano y el cosmos o lo sagrado, al escribir poesía, que es la expresión artística de la belleza por medio de la palabra. Paz  tiene  el don de despertar  una amplia  gama de sentimientos. Me refiero a su poema: “Entre irse y quedarse”.  

El título es muy sugestivo y habla del tiempo, de lo ambivalente que éste resulta, puesto que el instante presente dura eso: un instante, para convertirse en pasado, anclado al futuro.  

La voz lírica de Octavio Paz es armoniosa y pausada, producto de un intelecto muy elevado, muy racional, y por lo tanto, hermético.  Se trata de un poema con ocho estrofas de dos versos cada una y está clasificado como verso libre. Muestra varias figuras retóricas y un magistral uso del lenguaje que  obliga a que el lector evoque imágenes  para ilustrar la idea del tiempo, la vida misma, y por ende, la muerte.

El poeta dice: “Entre el irse y quedarse duda el día, / enamorado de su transparencia” (I: 1,2). Un día es una medida de tiempo, que se cuantifica en segundos, minutos, horas,  pero también significa vida. eEnamorado de su transparencia es decir, de su luz, de un ver con claridad todo lo que la naturaleza nos regala día con día. Al llegar la noche nos envuelve la obscuridad.
  
Continúa Paz: “La tarde circular es ya bahía / en su quieto vaivén se mece el mundo” (II:1,2). Recrea imagen de suave movimiento, quietud, refugio aunque suave sigue el movimiento que, reitero, es vida. En la vida todo es circular.

Sigue el poeta: “Todo es visible y todo es elusivo, / todo está cerca y todo es intocable”(3:1,2).  Se ve la luz, efímera pero no hay posibilidad de tocarla, solo se siente , queda el disfrutarla en plenitud.

Y dice: "Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz / reposan a la sombra de sus nombres” (4:1,2). Objetos que ya fueron nombrados y dan significado a una vida dedicada a la poesía y la prosa.

Expresa: "Latir del tiempo que en mi sien repite/ la misma terca sílaba de sangre” (5:1,2).  El tiempo, casi de manera absurda se mide con las horas. Los días, los  meses; segmentación del tiempo, medición con el calendario. En el cuerpo humano, late la vida; el pulso en  la sien es la manifestación palpable de estar  vivo.

Prosigue Paz: "La luz hace del muro indiferente/ Un espectral teatro de reflejos” (6:1,2). Esta alusión es hermosa, porque el muro pasa desapercibido, pero si recibe una luz, el espectro cambia y se vuelve un caleidoscopio, un himno a la vida con sus movimientos multicolores.

Sigue el poeta: "En el centro de un ojo me descubro/No me mira, me miro en su mirada” (7:1,2).  Es una evocación de mirarme yo en el otro, que al fin no soy yo, soy  solo el reflejo del otro.

Y termina el poeta: "Se disipa el instante. Sin moverme/ yo me quedo y me voy: soy una pausa” (8:1,2) Aún sin moverme, el tiempo  inexorable sigue su marcha.  El poema trasciende a la historia, va más allá del lenguaje. El leer poemas ayuda a conocernos más íntimamente, a tener un encuentro con nosotros  mismos. Estimado lector le invito a formar una sociedad con Octavio Paz leyendo este poema.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario