Karina Guadalupe Méndez Gallegos
El tiempo vuela lento y
rápido haciéndome su prisionera, asfixiando
cada rose dado.
Es una hoja cayendo en lo
más profundo del pensamiento
para arrebatarme la luz y
llevarme a esa oscuridad en
el túnel
de la vida, y mi única
salida es el regreso del alba a tus ojos.
Es cura y redención, la
ruleta sinfín que se acerca a mí
y sigue su paso al
infinito, ofreciendo copias de mi ser en
múltiples realidades.
Es veneno del alma,
desperdicio e inmundicia; el terror
que jamás se va y provoca
llagas en mi cuerpo, ahogándome
hasta perecer en mi
propio carmesí.
Son tus labios; suaves y
rugosos con el sabor del
amanecer, mojándose con
la lluvia que al suspirar me hace
sentir tu calor
inmutable.
Es aquella rosa marchita
que me diste, muriéndose con cada
segundo de mi vida y
renaciendo con el suspiro del
sol.
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