Decía mi abuelo, mientras contemplaba a sus aves canoras -"que la vida se toma a sorbos,
decía, - que es como el canto de la calandria al atardecer, casi como burlar al tiempo, un bello sonido que despide y agradece en la ora en que no se sabe si anochece o amanece". Me decía, que -cuando uno es viejo, y ve de frente al tiempo implacable, quisiera regresar a se niño.
(Narración de una anécdota).
No hay comentarios:
Publicar un comentario