Carlos A. López González
Tiene un delgado y emocional
rostro. Su castaño cabello denota tanta tranquilidad como apenas llego a imaginarme.
Tras una mirada perdida se encierra la magia, se encierra el deseo y la mística
propia de su juventud. Su ropa y su piel contienen un alma libre, un alma que
escucha…
Tras una voz seria y
pausada, está un ser que se transforma en palabras llenas de energía y deseo al
escribir. Frente a ti, se encuentra aquella con quien tanto había soñado.
Creativa y poderosa.
Única, inquebrantable y
tolerante ante el vaivén de los vientos del destino. Su sonrisa, su cálida
mirada, el optimismo que ofrece ante cada caída te hará sentir vivo. La paz de
su ser te hará sublime, te hará feliz...
Su corazón, un lugar al que
sólo se puede llegar sumergiéndose en el enorme mar de las dudas y el deseo,
permite ver, tras esas cristalinas aguas, la creatividad, la paciencia y autenticidad
que le auguran un destino hacia la inmortalidad, hacia una existencia plena… sin
mí.
Siéntete dichoso, frente ti
no se encuentra una mujer, se encuentra la perfección.
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