Por: Edgar Briseño Zúñiga
muero de sed, agua
caes de las manos resbalas mis dedos,
hambriento de aire, siento tocar tu recuerdo tu piel con mi rostro,
me dueles.
¿Por qué amo al sol, al cielo, la noche, el mar?
si su luz, su quietud y sus olas no escriben mi nombre en la
arena,
agonizo.
Copa de agua salada, rostro que tocas fantasmas
en tu muslo me duermo.
Camino en camino agrietado mi pecho de cólera
tu risa burlona, mi ojo quebrado
¿recuerdas mi nombre?.
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