J. Antonio L. Carrera
Quiero creer. Quiero creer en
algo. Quiero creer en Ti, en mí y no puedo, porque no lo veo. Me han contado
que todo lo habita, que en donde sea está. Fortaleza de muchos a su pesar. Pero
yo no creo, porque yo no le veo. Bueno, solo en mi enfermedad. Bueno, también
cuando le recuerdo a mi familia. Bueno, cuando necesito algo. En mi soledad te
siento. Me acompañas. Pero no creo, porque no te veo. No te necesito. Ni me
eches un grito.
Con barbas te pitan, qué eres
consejo, qué eres palabra, perfección y creación. Que no eres mano dura, con la
que te comparan, ni puño duro, ni dedo que apunta, si no mano que ayuda, de
consuelo, de calma en cada alma. Pero no te veo, eres difícil creerlo.
Quiero creer y que todo mi ser
recaiga en esa trascendencia, en esa perfección que dondequiera se dice estar y
que todo lo puede, y que todo lo ve. Pero nadie a Él.
Pero quiero creer, porque será
allá, donde mi alma llegará y se cobijará con ese manto que se llenará de goce.
Allá donde las flores no tienen fin y el agua siempre corre. Quizá por esa
razón no se le vea, porque allá habita.
Creo en Él porque es luz, es
misericordia, es alegría, es compasión, es poesía y rima, es amor, es mi voz.
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