Es una ventana por la cual descubrimos la posibilidad de nuevos mundos narrativos. Son escrituras que experimentan con emociones figuradas desde el relato.

Taller de expresión escrita. Facilitadora: Margarita Díaz de León Ibarra

25 feb 2016

Patria mía

                                                        Por: Alexis Guerrero Lomelí


Prefiero.
Prefiero enloquecer temprano que la muerte al sol me quema
al verde campo que enrojece en la melodía de tus ojos.

Prefiero hoy amanecer despierto a dormir a tu lado,
al alma que dejé de acariciar
en el cielo en que no volví a estar.

Prefiero matar las palabras que no se dicen
a ahogarme en las putas que se venden en la calle de la agonía.

Prefiero que vueles lejos águila cautiva,
herida por las espinas de tu pueblo,
en el veneno corrupto que vende tu carne a las estrellas.
Pero despierta tierra seca, despierta,
el oasis de tu busto se marchitó en el parto de tus hijos bastardos.

Prefiero pie descalzo,
arena rota que vacías el llanto y lo vuelves silencio
a quererte isla lejana,
valle y manantial que no eres.

Prefiero patria, aunque te deteste,
que no es verdad que en tu grito hay guerra
ni mexicanos
ni madre que por ti desangre.

Prefiero noche que no se sabe
a saber el día en que me dejas ciego,
cautivo y llano.

Prefiero Buendía,
caballero y gitano,
memoria perdida
rugido sonoro.

Prefiero preferir a morir sin conocer nada,
a no conocerte nunca y vivir en ti como el que come tu fruto y tala tu tronco.

Es que prefiero letra roja, sangrienta en la boca,
vacía y hambrienta,
a un puñado de cerdos que tragan mierda y cagan lo mismo,
y dicen
y hablan
y rezan.

Prefiero silencio, oscuro desierto,
delirio y Quijote,
molinos de viento.

Prefiero negra tu boca,
poesía incauta,
que hiere y profana,
que olvida y mata.

Prefiero trueno impotente,
que quema y mancha,
enorme torrente.
Ondea bandera marchita,
espada en tu vientre.

Prefiero caminante sin rumbo,
pasión sin freno,
caricias sin deseo.

Te prefiero a ti y no prefiero nada,

quizá porque detesto todo y no detesto nada.

Estarás solo

Oscar Daniel Ramírez Plascencia.

Te baña una lluvia de balas cayendo del cielo,
Limpiarán tu sangre derramada con un guante blanco
Quedarás fundido en una fecha sin nombre ni rostro
 y estarás solo.

Halcones volando apuntando a tu cuello,
Rasgando sus garras tu piel y tu cuerpo
No encontrarás escondite ni alivio
Porque estarás solo.

Tu tierra sembrada con sangre del campesino,
Tu propia gente desterrada al olvido,
Tu historia borrada con disparos sobre el camino,
y te verás solo.

Tu piel infantil marcada con cicatrices eternas
Ardiendo en las brazas con cada letra del alfabeto,
Tu inocencia reducida a cenizas
y seguirás solo.

Cerdos orwelianos sentados a la mesa
Brindando en un banquete servido con toda opulencia,
Pelearás por las migas que caen hacia el suelo
pero no saciarán tu hambre.

Voltearás al pasado buscando caudillos
Buscarás a tu dios sordo e invisible,
Gritarás con la garganta desgarrada
Clamarás por justicia, igualdad, consuelo, libertad

Dignidad.

Sentirás rabia, coraje, desesperación, ira.
Buscarás, gritarás, llorarás, clamarás, pelearás, berrearás, sufrirás, arderás

Morirás

y estarás solo
y te verás solo
y buscarás solo
y arderás solo
y sufrirás solo
y llorarás solo
morirás solo

Solo.

Pero tal vez, en algún punto lejano
Encontrarás una voz que grite el mismo dolor,
ojos que lloren el mismo coraje,
Piel que transpire la misma ansiedad,
Pulmones que respiren la misma desesperación,
Corazón que palpite la misma rabia,
Un ser que clame por la misma justicia.
Observarás tu reflejo en él,
habrá pasado por el mismo calvario
habrá llorado, buscado, berreado, sufrido, ardido, peleado,
Habrá muerto alguna vez
Y juntos, uno al lado del otro
Frente al precipicio
Observando el vacío
Seguirán su camino
Y seguirán solos.

Te prefiero

Oscar Daniel Ramírez Plascencia

Te prefiero despeinada por la mañana
Te prefiero con los pies descalzos sobre la tierra
Te prefiero mientras tomo café
Te prefiero cuando camino
Te prefiero cuando lees
Te prefiero en el museo aunque no lo prefieras
Te prefiero cuando discutes más que cuando cedes
Te detesto cuando no eres tu por complacer a los demás
Te detesto sumisa
Te detesto ama de casa
Detesto tus sueños adoptados
Te prefiero frente a palacio de gobierno gritando justicia a una bandera
Que pasmada delante de una pantalla inerte
Te prefiero libre
Te prefiero rebelde
Te prefiero consiente
Te prefiero conmino
Me prefiero contigo
Prefiero ser quién soy cuando estoy contigo
Prefiero despertar contigo
Prefiero tu sonrisa cuando aprendes algo nuevo
Me prefiero a tu lado
Te prefiero cuando no eres como yo
Y me prefiero cuando no soy como tu
Te prefiero hoy
solo hoy
Cada hoy
Siempre hoy
Te prefiero aquí
A veces allá
Te prefiero diferente
aparte
independiente
Nos prefiero indisolubles por un momento
en cada momento
en todo momento
Te prefiero de mi mano
Y mas prefiero cuando me sueltas para volar
Nos prefiero dialecticos
Enfrentando y confrontando
Prefiero tus dudas a tus certezas
Prefiero tus demonios a tus dioses
Prefiero tu sudor a tu perfume
Prefiero tu guerra a tu calma
Prefiero ser tu elección
Una nueva elección cada día
Te prefiero cambiante
Te prefiero en movimiento
Te prefiero desnuda
Te prefiero real
Te prefiero a ti
Te prefiero a secas
Te prefiero.   

24 feb 2016

Hoja malsana

                                                       Karla E. Medellin
¿Quien o que soy yo?
      No lo se
Tal vez soy un trazo deforme al final de un texto.
Las ultimas gotas de tinta
que se derramaron sin querer.

¿Soy?
¿Quien soy?
Tal vez una herida en la hoja blanca.
Sangre y tinta, tinta y plasma

¿Quien soy yo?

Tal vez un cuento cautivo
asfixiado entre pasta gruesas de carnasa, de piel.

¿Soy yo? ¿Soy yo?
Tal vez sólo una hoja llena de foxing, aterrada. Sucia.
Medio estrujada
casi callendo del lomo,
casí callendo
de entre las otras hoja.

El peso sobre mi

                                       Karla E. Medellin


Tristeza:
¿Acaso ya somos una?

Hace mucho que caíste sobre mi espalda,
clavaste los talones en ella.

Me penetras tantas veces que ya creó,  que tu eres yo.

Deseo alejarme, aliviarme
Que ya no me pinches con tus dedos.

Quizás pueda tirarte
Abandonarte.
 Borrar las huellas para ti, que no encuentres regreso.

Talvez necesitó matarte, matarme. Exterminarnos.
Tal vez solo pelear a muerte.

Agonizante

                                                           Karla E. Medellin

Prefiero tus fauses nocivas,
y los dientes que guardan tus labios.
Prefiero que muerdas mi cuello: los nervios, la carne
Que lo llenes de lepra, de sarna, de alguna enfermedad venerea.
Prefiero tu susurro cerca del oído,
cuanto y más prefiero que se acompañe de tu aliento.
Prefiero que deletrees mi nombre
          mientras te alimentas de mi.
Prefiero sollozar en la pena que tu me causas.
Prefiero agonizar
Llena de la enfermedad que propagas.

Prefiero soltar
la vida
en tu boca.

23 feb 2016

Placeres y displaceres




 Claudia Antunes
Prefiero los párpados eternos de la noche,
los ojos verdes como hojas,
las miradas que contagian 
penetrando hasta los huesos.

Prefiero la música turquesa del mar,
la mordedura del silencio que recae 
en el abismo necio,
impío.

Prefiero deshacerme en deseos,
arrancarme de las ganas 
los acomplejados pretextos,
palpitar en el tiempo
ya muerto, 
olvidado.

Prefiero la búsqueda interminable 
de la coincidencia,
el incesante encuentro con uno mismo,
caer en la utopía 
que ceder a la cotidiana realidad 
que me aleja de lo verdadero.

Prefiero no ser esperanza
y vivir fuera del ridículo margen,
pecar de ingenuidad 
que asfixiarme con la estúpida suposición,
prefiero ser cronopio.

Elijo el inútil arrepentimiento
sobre la duda que carcome,
la inconformidad 
ante el común y absurdo sentido;
elijo la posibilidad, a veces tan insegura
a la seguridad, casi siempre imposible.

Me encantan las paredes 
que se descarapelan en arte,
los colores de mi tierra tan vivos, 
por desgracia, como nuestros miedos
inmarcesibles,
traicioneros.

Detesto ese miedo tan mentiroso 
que paraliza y engaña.
Y el olvido arrogante,
                                    hipócrita
                                                  ignorante,
olvido que desconoce nuestro pasado
perdido,
              abandonado.


Odio las dudas que se amontonan,
apretar los cobardes nudos de la garganta,
las ataduras invisibles que ahorcan.

Me aturde el inhumano ruido que asesina
el silencio insatisfecho.
Pero lo que no puedo soportar 
es el silencio amenazado que acaba por enmudecer.