Me exacerba, hace temblar la blanda sangre
que no brota si los miro, que no para si
te veo
Aquellos callan y golpean por la espalda
parten mil eternos, galopan a placer
Te odio, a ti, la mujer que la niña nunca
será
y la mujer que fue la niña antes de ti,
porque mi franqueza hace reír, llorar
y caer ridículas manías que no comparto.
Los amo, porque veo la igualdad aunque no
somos,
porque se matan sin drogas, sin versos,
sin música,
porque se matan con sus propias mentiras,
las creen, me las creo, los amo, los odio;
te odio.
Los entiendo, todos los que creen en el
dios impuesto
demasiado ocupados para ver que nació de
su propio ego,
de su beligerante impotencia de no ser
cuerpo sin control,
por su falta de compromiso para confundir
amor y soledad.
Te quiero, mujer que no mata y muero, me
muero
se mata, se desvive y miente, se miente
tanto que lo cree,
cree que está viviendo, que yo vivo; y
sabe con tal pesimismo
que no es cierto, que respirar y estar
vivo; y vivir, y soñar…
Aquí no cabe un lamento, eclesiástica idea
irracional,
qué, de los que ven al hombre, a la bestia
y salen ilesos,
pregúntale a los sabios a que le tememos
oh dios de todos, el suyo; tendré que irme
al infierno.
Que la quiero, a la vida, y los odio a los
que se aferran,
porque yo clavaria una estaca en mi cabeza
y ardería en llamas,
con que objeto preguntarán ustedes, y yo
no tengo respuestas
me eh quedado sin palabras como la dejé a
ella.
¿Qué no soy, si no soy verso?
¿Qué?, si hoy en día vivo en lamento
ególatra del que abre los ojos y no ve,
que odio casi tanto como me amo,
Me amo y no lo comparto,
por eso no moriré y lo haré solo,
y te amo vida de mi vida
sin razón de ser y con tanta poesía.
Poesía la que sale de otros
los que envidio porque nunca seré más
bueno
Por qué el fondo soy el mejor
y no lo saben o lo saben a medias.
Andan con el letrero a mejor postor
y yo
que no creo en el éxito
que no te presumo lo que tengo
y tengo lo que presumen otros
Como aborrezco, con esta boca sulfurosa,
con estos labios que no besan
no ser el inferior que te tiene hoy, ayer,
mañana, tú sabes lo que digo,
no hace falta invocar al pasado en esta
señal ingrata, tú sabes lo que soy
y hoy soy nada, soy la letra que te
humilla y que te ata; y te amo.
Te amo lector ingenuo, escucha pervertida
pregunta
que no soy sin este ingenio, sin ti
intentando comprender
que es lo que digo, si hoy no digo nada y
lo sabes todo,
con que objeto preguntaran ustedes, ¿para
qué?
Me exacerba y hace temblar la blanda
sangre
Yo les envidio porque comen en chiqueros
los niños caen muertos de hambre
y ustedes muertos de comida
Yo les envidio, a los que aman diferente a
como yo,
creen estar enamorados, y lo creen con
tanta fuerza
Se desgarran por aparentarlo, por querer
vivirlo y no viven nada,
anda y buscan y no se encuentran ni en su
sombra
Yo les envidio porque no me encuentro
entre ustedes,
somos tan diferentes para caer en la
estúpida igualdad
¿Me estaré volviendo cuerdo?, yo les envidio
A los que aman, porque estoy amando de
veras.
2*1*16
-Emmanuel Mará.
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