Claudia Antunes
Están los que no se preocupan, no buscan
y sin embargo todo les llega.
No van ni ven más allá,
se conforman, aceptan.
Hay quienes entienden,
controlan,
se contienen.
controlan,
se contienen.
Su rutina les da seguridad, no sienten miedo,
sus manos son tan rígidas como su pensar
absoluto,
incondicional,
único.
Se alimentan de la sonrisa fingida,
de
la mirada apagada,
de
la palabra vacía.
Sumisos ante las exigencias de la vida,
ignoran la voz de su intuición,
se pierden,
avanzan
perdidos.
se pierden,
avanzan
perdidos.
Y estamos los que del insomnio nos aprovechamos,
de la locura nos fiámos.
Protestamos, soñamos, lloramos.
A veces nos morimos, pero al final eso es la vida
morirse de miedo,
de felicidad,
de sueño y de curiosidad.
Morirse de ganas,
de frío,
de amor
y permanecer
así muriendo y reviviendo a cada instante.
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