Reseña. "Bestiario" de Julio Cortázar: La ambigüedad cortazariana

                                                                                              Por: Rosa Lilia Ortíz Villarreal

Cortázar, Julio  
"Bestiario"
Cuentos completos /1.
México:Alfaguara.1951

Se trata de un cuento corto que forma parte del libro del mismo nombre escrito por el  argentino Julio Cortázar, quien  ejerce su oficio de autor  con maestría. El símbolo más fuerte de este cuento, está representado por la  figura de un tigre,  que equivale  al instinto destructivo al que es proclive la raza humana. 

La acción se desarrolla en una casa de campo que habitan los Funes, amigos de la familia de Isabel, una   niña adolescente con problemas de salud , y por esa razón verano a verano es enviada a ese lugar. Existe mucha ambigüedad con relación a los lazos familiares que los unen. Sin embargo se sugiere el que podría tratarse de una familia, aunque el texto no  lo manifieste.

Un narrador omnisciente va dando  cuenta de los acontecimientos, pensamientos y percepciones de los personajes.

Se trata de un cuento corto dividido en párrafos de diversa extensión los eventos se van dando de manera consecutiva.

Su lectura representa cierta dificultad dada la formación intelectual tan elevada del autor. Éste  hace uso de  muchas ambigüedades y fantasías: las hormigas, las arañas cobran vida propia. 

El estilo de Julio Cortázar es  ambiguo y fantástico, y atrapa al lector, él lo dice muy claro en "Algunos aspectos del cuento": "Hay que secuestrar al lector". Sí lo logra aunque también exige toda la atención y abstracción en el lector para no perder la secuencia de la narrativa.

El tigre representa los vicios que están en constante acecho del ser humano, visto desde un enfoque filosófico referente a la ética moral aristotélica. Desde el inicio va mostrando las debilidades del ser humano: una madre que da visos de una indiferencia hacia la seguridad de su hija. Al inicio, en el diálogo entre la madre de Isabel e Inés (qué no se sabe qué papel juega en la trama),se lee:—“ A mí, créeme que no me gusta que vaya — dijo Inés.— No tanto por el tigre, después de todo cuidan bien ese aspecto. Pero la casa tan triste, y ese chico sólo para jugar con ella...” (p.48)  en donde queda ambiguo la estructura familiar de Isabel niña adolescente  enfermiza que por lo regular, los veranos los pasa en la hacienda de los Funes, para fortalecer  sus pulmones. No se menciona la figura paterna.

Estando ya en la finca de los Funes, supuestamente vive una familia, pero el escritor no da indicios referentes a la estructura familiar , tal vez por la carencia de padre que él vivió.

La niña adolescente Isabel, no sabe por qué la envían cada Verano a la hacienda de los Funes: "Al fin y al cabo era un vida triste. Isabel se preguntó una noche por qué los Funes la  habrían invitado a veranear. Le faltó edad para comprender que no era por ella sino por Nino, un juguete estival para alegrar a Nino” (p. 50).
                          

Los habitantes de esta hacienda deben siempre, por razones obvias, saber en dondé se encuentra el tigre, el narrador, de manera ambigua, nos va mostrando actividades, pensamientos y costumbres de los personajes. Narra los momentos de juego, de descanso y cuando se reúnen alrededor de la mesa a la hora de tomar sus alimentos.

Hay una parte de la narración, en la página 51 que dice:

     ".... lo vio otra vez al Nene saliendo a fumar al porche, delgado y     canturreando, a Rema que le llevaba el café y él que tomaba la taza equivocándose, tan torpe que apretó los dedos de Rema al tomar la taza, Isabel había visto desde el comedor que Rema tiraba la mano atrás y el Nene salvaba apenas la taza de caerse, y se reían con la confusión”.

He aquí otra ambigüedad: no hay referencia del estatus de Rema y Nino, ¿son hermanos?, ¿son cuñados?, la cuestión es que parece que hay deseo carnal disimulado.

El final de este cuento es espectacular, muestra la fragilidad humana frente a los instintos. En este caso, Nino sucumbió a la bestia, el tigre incitado por Isabel, la niña adolescente del principio del cuento, tomando en cuenta que a ésta le hace falta la figura paterna y se puede suponer su frustración, la falta de atención de la madre, la ausencia del padre la lleva a provocar, virtualmente, la muerte de Nino, en manos de la Bestia; como se aprecia en este párrafo: "¡Pero si estaba en el estudio de él! ¡Ella dijo que estaba en el estudio de él!”  (p. 56). Isabel representa el instinto tanático que está latente, en forma de pulsación, según Segmund Freud, en todo ser humano.

Julio Cortázar secuestra al lector de principio a fin de la narración. Si se trata de  un lector que no lo conoce; lo  va subyugando, y tiene que leer y leer y termina amándolo por su brillantez y excelencia en el ejercicio de su oficio de escritor.