Por: Abelardo Medellín Pérez...
Para
amiga me has gustado,
Casi
tanto como finjo,
Que
aun ya puedo ser tu amigo
Sin
estar enamorado.
Muy
potente esa cobija
Que a
tu alma arrebata brillo,
Con un
tostado sencillo
Y un
moreno divorciado.
No
puedo evitar eso,
No
evito esa piel bronceada,
¿Cómo
es que esquivo el beso
de tus
pieles en exceso?
Pues
de invisible no hay nada.
ni en
tu abdomen bronce tibio,
ni en
tu lengua agua ardiente,
ni en
tu abrazo sentenciante
que de
amigo me ha marcado.
Dime
que he cruzado el portal
de tu
brazo acariciado,
Tocando
dedos del Palmar
En tus
manos emplazados.
Prométeme
escape pronto
Del
romance adormilado,
Del
amigo apermisado.
Constrúyeme
una salida,
Edifícala
en pasiones.
No
finjas que no me has visto
Escalando
por tu espalda,
Sorteando
la última prenda,
El
ropaje de tu cuerpo
del
cual resbalo vencido.
He de
rasgar una vez más
con mi
imaginación tu ojo,
escabulléndome
triste
en la
atención veleidosa.
Buscando
ser oportuno,
le
huyo en premura al olvido
y te
empujo a que me escribas
como
yo te escribo ahora.
Sin
amistad de por medio,
sin
anulantes resacas,
sin
terminar con lo falso
que mi
amor amigo aclama.
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