Cuantas veces te he roto y te he
vuelto a armar
Cuantas veces me has privado de tu
ser
Y he permanecido contrario al olvido
Aun así escucho el gotear de tus
recuerdos,
Repeticiones nocturnas, silencios
cabizbajos.
Te he
escuchado mencionar nombres ajenos;
Perdón fantasioso, irregular y
desfigurado.
Sueño tu calidez impaciente, dudosa e
irreversible
Pero el hierro sigue frió, nos
mantiene separados.
No me hago a la idea de estar en
otros cielos
Porque te tengo en gruesas
cicatrices,
Que mantienen tu rostro cíclico,
pronunciando pesares.
¡¿Qué infortunio momento me concedes?!
Cuando vienes inesperadamente, unida
a esa cadena de palabras mentales
Muerdes mis muslos y brazos;
Y de pronto, comenzando de nuevo, a
hacerlos pesados.
¡Oh Mujer¡ Vengativa en mente
impropia
¿Hasta cuándo humearás otros vientos?
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