Aideé Sánchez Infante
DESPRECIABLE LOBO
Eres el fantasma de mi vida,
una cruel costra que no me hace sentir el calor de las esmeraldas del
inframundo. Eres una llama, un sol potente dentro de mis entrañas, una cosa
maldita que causa dolor, desesperación.
Tú, un despreciable lobo que
toma mi corazón, lo rasga, lo arrastra, lo lleva a lo más enfermo del mundo.
Tan seco como el otoño, tan extenso como el mar, tomando los rencores de la
línea del tiempo y las pasiones de mi existencia.
Destruyes el destino,
destruyes las células, destruyes la mitad de la Tierra. Ahora te escondes de mi
espada, la espada que le dio protección al rey de los cielos y a los ángeles
amados.
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