Karina Guadalupe Méndez Gallegos
Ella comenzó a utilizar
la pluma, rasgaba el papel y hacía trazos hermosos y delicados; todos enlazados
para contar la verdad sobre la vida. Sin embargo, en muchas ocasiones la
frustración la llenaba; esos trazos se convertían en demonios y muchas veces se
sintió desfallecer, a punto de dejarse vencer por ese enemigo silencioso que
era ella misma.
Cuando por fin logró
terminar su obra, su alma estaba excelsa;
jamás se había visto nada parecido. Las letras llenaban de vida a los
hombres más ensombrecidos, para descubrir el camino al infinito. Después de un
tiempo decidió volver a su hogar, dejando plasmado para siempre, aquellas
palabras que era una luz cegadora que ahogaba a la más profunda oscuridad.
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