Luisa Carolina López Balderas
Sabía que no me
anhelabas,
no soy quien para quererte,
igual me atreví a dormir
y a tu ternura rendirme.
no soy quien para quererte,
igual me atreví a dormir
y a tu ternura rendirme.
Verte con ojos
de madre,
adorar tus gestos leales,
abrazar toda extrañeza
hasta embriagada soñarte.
En río de ilusión besarnos,
bañada bajo los pétalos
de caricia tejida por
engaños del miedo solo.
adorar tus gestos leales,
abrazar toda extrañeza
hasta embriagada soñarte.
En río de ilusión besarnos,
bañada bajo los pétalos
de caricia tejida por
engaños del miedo solo.
Al despertar yo
egoísta,
aúllo agobiada en mi falta
rogando indulto del credo:
“No existe quien me acepte
tanto no debo sentir”.
Misma aún sigo errando.
Tu recuerdo va en suspiro,
tus manos de suaves notas
en canto no es para mí.
aúllo agobiada en mi falta
rogando indulto del credo:
“No existe quien me acepte
tanto no debo sentir”.
Misma aún sigo errando.
Tu recuerdo va en suspiro,
tus manos de suaves notas
en canto no es para mí.
Perdona mi ahogo
en llanto,
mas arder en tu rechazo
sofocada con tu olvido
al sangrar de la indolencia,
no hiere como olvidar querer.
De pie me tiene el delirio,
gracias te doy por dejarme
nuevamente sentir, aunque
tú no anheles de mi ser.
mas arder en tu rechazo
sofocada con tu olvido
al sangrar de la indolencia,
no hiere como olvidar querer.
De pie me tiene el delirio,
gracias te doy por dejarme
nuevamente sentir, aunque
tú no anheles de mi ser.
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